Estados Unidos ha confirmado la imposición de aranceles del 25% a México y Canadá, así como un 10% a China, a partir de febrero de 2025.
Esta medida fue anunciada por Karoline Leavitt, vocera de la Casa Blanca, quien destacó que los detalles sobre las exenciones de estos aranceles aún están por definirse. A pesar de las críticas y preocupaciones generadas por esta decisión, la administración de Joe Biden sostiene que la imposición de los gravámenes es una respuesta necesaria a cuestiones de migración y el tráfico de fentanilo, temas centrales en la política exterior estadounidense.
El presidente de Estados Unidos, en un esfuerzo por controlar estos problemas, también sugirió que podrían aplicarse excepciones para ciertos productos, como el petróleo proveniente de México y Canadá. Sin embargo, hasta el momento no se ha confirmado si este sector específico será exento de los aranceles. Esta incertidumbre ha generado inquietudes en los gobiernos de ambos países, quienes ya han expresado su preocupación por las posibles repercusiones económicas.
El impacto de esta medida podría ser significativo en términos comerciales, afectando no solo el comercio de productos específicos, sino también las relaciones bilaterales entre los países involucrados. En México, se espera que los aranceles impacten de manera directa a diversos sectores, entre ellos el automotriz, lo que podría generar aumentos en los precios de exportación y una posible reducción de la competitividad.